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Capítulos de la vida naval a bordo
I. Subir por Alto
Nos reunieron en cubierta para escuchar al contramaestre del buque, un experimentado suboficial de tez rojiza, cuidado bigote, una cicatriz en la comisura de la boca y un impecable pito de maniobras colgado de su cuello con una elaborada rabiza. El “Viejo Pino” era un auténtico lobo de mar, de esos que al bajar a tierra caminan por el muelle destilando brea y sal. Con su voz gruesa nos explicó cómo debe trabajar la tripulación de un velero...
II. Romeo y Julieta
Completaban la dotación de subtenientes en instrucción varios oficiales extranjeros, a saber 2 ecuatorianos cuyo semblante no calzaban con el personaje buscado, tampoco los 2 paraguayos. Nunca nadie se los podría imaginar de sacerdotes. El japonés, ni pensarlo. Tenía aspecto oriental y no paraba de escribir en su pequeña libreta con caracteres indescifrables para los de ojos redondos. Los 2 australianos tenían demasiada cara de gringos y sólo podían pasar por pastores protestantes. Pero estaban los 2 neozelandeses. Los kiwis calzaban muy bien con nuestra idiosincrasia, tenían buen humor y apegaban a la tira para participar en cualquier tipo de actividades...
Capítulos de la vida naval en tierra
V. En la Isla Quiriquina
La distribución del agua de vertiente era una de las obligaciones de la División que se encontraba de servicio y normalmente se asignaba un par de grumetes quienes tenían la tarea de llevar a cabo la distribución del líquido elemento, guiando el vehículo tirado con infinita paciencia por un buey llamado “Panchulo”...
VI. Modelos de liderazgo
“el líder de las fuerzas armadas de un país democrático, necesita comprender, no sólo que representa a la sociedad de la cual es miembro, sino que también en la forma en la que se ha desarrollado, ya que sólo así puede quedar mental y psicológicamente equipado para resistir la violenta propaganda dirigida constantemente contra el sistema que en cualquier momento puede verse llamado a defender” ...
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